Introducción

"Escribo porque tengo que hacerlo, porque la escritura llega, no todo el tiempo y no muy seguido. Tiendo a escribir por rachas, entre meses en los que no escribo nada. ¿Tiene la poesía algún propósito? No, excepto el de satisfacer la necesidad del escritor. Pero la sociedad sería de lo más pobre si la poesía no existiera."

Nota: este párrafo no se me atribuye a mí, es de un escritor, pero no recuerdo su nombre.

Buscar este blog

viernes, 24 de diciembre de 2010

Recuerdos.

La forma en que las imágenes pueden venir hacia nosotros para transportarnos a lugares lejanos me parece algo maravilloso. Cuando aquella canción sonó; aquella que mi abuelo reconoció, y empezó a recordar, no pude ver sus recuerdos, pero sus ojos y su sonrisa reflejaron que se hallaban en otro lugar, tiempo atrás. Quién sabe, tal vez en alguna fiesta en su juventud recordando cuando sonaba esa canción, esa canción que él cantaba.
Yo mismo también me dejé llevar por las memorias, aunque las mías vinieron sin razón alguna, simplemente las ganas de sentirme un poco más cerca de ti. Vinieron lindos recuerdos, y también algunos no tanto, pero me sentí pasando por allí una vez más...

Ah, recuerdos.

Transporte dulce hacia la felicidad, agrio sabor de la agonía, rápido zarandeo que se siente, un sólo trago del recuerdo puede significar tantas cosas.(...)
Tal vez, me he pasado de tragos.
Tal vez, es navidad sin ti.
Tal vez, estoy un poco emocional.
Tal vez, el ambiente ayuda.
Pero esta vez, sé que te quiero como nunca he querido a nadie.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El Reflejo Del Cristal

Hay poco más para decir que lo que ya se ha dicho, pero aunque mi mente no articule bien las ideas y no sepa por qué estoy haciendo esto, no puedo detenerme. Poco tiempo ha pasado entre tanto que ha ocurrido, y ahora estoy aquí en medio del olvido, y no encuentro más salida que escribir todo lo sucedido en este pedazo de papel de lo que solía ser su diario.
La habitación está oscura y repleta de polvo, la cama, donde solían tener noches tan maravillosas, estaba toda destruida. El escritorio, donde pasaron escribiendo cartas además de grandes poemas, estaba empolvado pero intacto, pasando por alto el hecho de que los cajones estaban tirados, algunos de ellos boca a bajo y con todos los papeles desordenados y regados por todas partes. Las tablas del piso, algunas estaban dañadas y viejas. Había pasado tanto tiempo...

Creo que será mejor comenzar desde el principio: Todo empezó varios años atrás cuando yo era no más que un chico, de esos que salen por su barrio a jugar fútbol y conocer amigos que se convertirán en memorias que despolvarán con alegría muchos años después. Un día común y corriente, salí a caminar aprovechando el sol. Escuché unos ruidos extraños provenientes de un callejón y me acerqué a observar. Vi a un niño sentado contra el muro llorando, en posición defensiva mas indefensa, y le pregunté qué le sucedía. Él levantó su rostro de ojos claros y puros, más aún con el brillo de sus lágrimas y me preguntó: "¿Quién eres, acaso mi guardián que viene a rescatarme?" Le regalé una sonrisa y le presté mi mano para levantarlo, me fui a caminar un rato con él y hablar sobre varias cosas. Después de una gran tarde juntos, ambos regresamos a nuestros hogares para reencontrarnos al otro día en el mismo lugar.
Lunas y soles pasaron y una fuerte amistad se fue forjando entre nosotros dos, hasta generar un vínculo casi de hermandad. Hubo días en que las estrellas fueron testigos de la forma en que fui con él buscando ayuda, y hubo tardes en que el sol se rió con nosotros de nuestras bromas y pasamos gran tiempo juntos. Tiempo después él vino a mi casa y me dijo: "Estoy enamorado, es la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida" La alegría me invadió por mi hermano, y al saber de su matrimonio no pude más que con el mayor honor aceptar su pedido de ser el padrino.
La boda fue algo muy lindo, ambas familias estuvieron ahí junto con los amigos más cercanos, y todos lo celebramos. Esa misma noche mi hermano me dijo: "Con mucho dolor te debo anunciar que me iré del país." "¿A dónde vas?"- le cuestioné con tristeza. "Planeamos irnos por todo el mundo, sólo nosotros dos, en la compañía constante de nuestro gran amor. Queremos dar vueltas y perdernos, ser felices, y tal vez luego regresar a la normalidad, tal vez a este pueblo, tal vez a otro. Pero pase lo que pase, estaré en contacto contigo y te extrañaré, no me olvides, no me voy para siempre." Le di ese abrazo de amistad tan propio nuestro y me despedí esa misma noche, decidiendo yo también partir por el mundo y buscar mi propio amor, mi propia felicidad.
Los primeros meses fueron largos y duros, aunque seguimos escribiéndonos cada tanto, la distancia era grande. Surqué mares, escalé montañas, nadé ríos, troté bosques, caminé senderos, e intenté volar por las nubes buscándola, pero por más que lo intentaba, continuaba en compañía de mi soledad.
Recibí una carta de mi gran amigo diciendo que después de aquellos dos años él y su esposa eran felices como nunca, pero estaban listos para instalarse en un sólo sitio y dejar de lado su vida nómada. Yo por mi parte había perdido la noción del tiempo, y me parecía increíble que aquellas dos semanas fueran dos años. Le respondí preguntándole a fondo detalles de su vida, y diciendo que yo continuaba mi implacable búsqueda, cuando pudiera descansar, conocería su casa y la hija que su mujer esperaba. Con tristeza y nostalgia me envió la suerte para encontrar mi felicidad y anunció que se había convertido en un famoso escritor, y se hospedaba en un pueblo no muy lejano a Madrid en una enorme mansión. Me puse feliz por mi amigo y continué mi búsqueda, sin saber qué más hacer.
Un día de nubes grises y cielos oscuros recibí una carta más, pero ésta era proveniente de un remitente desconocido para mí. La carta anunciaba la desaparición de mi hermano, su esposa y su hija. Inundado de desesperación y miedo, partí a España lo más rápido posible, y comencé a buscar a partir de su casa, la cuál estaba dañada por completo, y no encontré nada más que un pedazo de papel roto que decía: "Aquí". No podía entender qué era, pero aún así la guardé conmigo. Pregunté a los vecinos cuándo había sido la última vez que los habían visto y respondieron no recordarlo. ¿Acaso me habría demorado demasiado? busqué al remitente de mi carta, y encontré que había fallecido semanas después de enviarme la carta. Sentí pánico por la suerte de mi mejor amigo y su familia, y regresé a mi pueblo natal buscando ayuda.
Pocos me reconocieron, tal vez por mi barba, tal vez por mi cuerpo más fuerte, tal vez por mi personalidad un poco más fría, pero algo sí recordaron: El nombre de mi amigo. El pueblo enteró entró en pánico, pero nadie me entregaba una respuesta. Subí la colina hasta la casa de su madre, la cuál estaba ya vieja y triste desde la muerte de su marido unos pocos años atrás. La señora dijo que lo único que recordaba había sido un tipo preguntando por él. Un joven muy apuesto y de mucho porte, elegante y de clase, de apellido extranjero, probablemente de Alemania o Suiza. Me despedí con una promesa en el pecho de encontrarlo, o morir en el intento, y partí inmediatamente a Zurich.
Fui con la policía y les conté mi historia, no encontraban nada hasta que les mostré el pedazo que había encontrado que decía "Aquí". Me enseñaron entonces uno un poco más grande que tenían ellos con la misma caligrafía, y decía: "Ya que aquí sucedió todo, y aquí termina todo." La policía lo declaró suicidio múltiple, y decidió dejar el caso cerrado, pero yo estaba convencido de que mi amigo no habría hecho eso, así que continué buscando.
Compré uno de sus libros y lo comencé a leer, desesperado, y hallé una frase que lo reveló todo: "He aprendido que en la realidad, o al menos en mí realidad, todo lo dicho no es más que una mentira, una ilusión." Empaqué mis cosas y fui a su casa una vez más, revolqué su escritorio buscando escritos, pero ninguno me decía lo que necesitaba hasta que lo encontré:
"Y todo mientras pasa el reloj.
No va lento, no va rápido.
Va firme, a su paso.
Va solo, indiferente.
A todo lo que haga la gente.

Va por aquí, va sin fin.
Va contigo, se va sin mí.
Y me quedó aquí,
hasta que marque mi fin.

Vuela lento, pequeña.
No hay prisa para llegar.
Cuando llegues a lo más alto,
Cuando tu sonrisa sea sincera,
Cuando escales la montaña,
Recuérdame.
Y al menos así te podré ver.

Ya que aquí sucedió todo,
Y aquí termina todo."

Ahí fue cuando lo comprendí todo: Había alguien tras él, y se largó con nada más que sus dos joyas, a quienes cuidaba mejor que al más precioso diamante. Hizo parecer que todo había sido una muerte, pero nada ha terminado. Sentí la urgencia de salir a por él y ayudarlo pero no había forma, lo único que me podía reconfortar, era saber que mi amigo estaba bien ahora.
Pero no podía simplemente quedarme ahí sentado y esperar, así que busqué por la habitación alguna señal de su huída, pero no encontré nada. Me fui al jardín, -si es que a aquel montón de plantas muertas y sin cuidado se le podía llamar jardín- y me senté a llorar un rato, y a revivir en mi memoria tantos tiempos juntos, hasta que me quedé dormido, o al menos así recuerdo que sucedió.
Desperté en un valle abierto, estaba nevando. Sentía cómo cada copo de nieve se plantaba en mi piel y se derretía, mojándome y enfriándome un poco más; pero por alguna razón, no me esforcé en quitármelos, simplemente comencé a caminar sin rumbo. Caminé por lo que parecieron horas, aunque pudieron haber sido minutos, no lo sé. Lo primero que vi fue un laurel alto y un poco viejo, exactamente igual a aquel que estaba en el parque de mi pueblo natal; aquel en el que nos habíamos recostado mi hermano y yo largas tardes a hablar, sin mencionar aquellas tardes en las que nos escondimos tras él después de hacer una travesura.
Me acerqué al árbol con una sonrisa de nostalgia y lo acaricie quitándole la nieve un poco, diciéndole: "Ah, viejo amigo, tiempo sin vernos." éste se inclinó hacia mí y me abrazó. No sé qué sea más extraño, el que un árbol despierte y me abrace, o el hecho de que no me hubiera parecido extraño, pero de cualquier manera, se alejó y me dijo: "¿Recuerdas, amigo, aquella tarde en que él la conoció?" al decir eso, tomó de mi mano y me transportó al 12 de abril de 1967, a recordar mis dulces 17 años.

Era una tarde cálida y estábamos mi amigo y yo recostados en el árbol, descansando, cuando la vimos pasar: La chica estudiosa y buena que había llegado hace poco de vivir en no sé donde. No iba lento, no tenía prisa, sus pasos tenían el ritmo de los compases más complejos que él nunca podría entender; y la luz del sol en el horizonte del mar reflejándose en sus ojos creó un hechizo de hipnosis sobre mi hermano, que hizo que de inmediato corriera a hablar con ella. Mientras tanto, yo tenía la mente en otro lado y mis ojos estaban cerrados, los abrí para decirle algo a él, y lo vi al lado del muelle, sonriente conversando con ella, quien compartía la sonrisa. Luego ella, corriendo su cabello tras su oreja le dijo que debía irse, que lo esperaría el día siguiente. Le dio un beso en la mejilla y se fue rápidamente. Él llegó a mí estupefacto, con brillo en los ojos y me preguntó:
"¿De casualidad sabes quién es Aurora Boreal?" a lo que respondí:
"No, ¿quién es?"
"No tengo idea"-dijo él-"Pero cuando fui con ella lo único capaz de decirle en medio de mi estupidez fue que no creí que existiera nada tan hermoso como ella, y dijo que debía ver a Aurora Boreal. Le dije que la veríamos juntos algún día y respondió que le encantaba la idea, luego se fue."
Me alegré por él, y en cierta forma, también lo envidié. No por el hecho de que fuera ella, ya que ella no poseía ningún poder sobre mí, pero sí quise saber lo que se sentiría tener a alguien de esa forma.

Ahí fue cuando desperté de mi sueño. Estaba en el jardín de mi amigo aún, pero era la mañana, y la noche anterior había llovido. Recordé inmediatamente mi sueño y comprendí todo. Desde por qué no me sorprendía que el árbol estuviera despierto hasta la aurora boreal. "Han de haberla visto alguna vez en su tiempo de vida nómada."-me dije a mí mismo, pero algo me decía fuertemente que ahí era el lugar, y partí de inmediato a Alaska.
El viaje fue largo, y al llegar, no sabía dónde buscar, así que simplemente esperé a que oscureciera y seguí el camino de la aurora. Efectivamente, estaban recostados en la nieve, observándola, y corrí a abrazar a mi amigo, después de un par de décadas sin haberlo visto. Él no había cambiado en nada, seguía siendo totalmente igual que antes, sólo un poco mayor, al igual que ella. Pero al parecer, el polvo y el sudor sí me habían cambiado a mí, y mi amigo no me reconoció. Mi hermano del alma, mi confidente, no sabía quién era yo. Le mencioné el día en que nos conocimos y varias otras cosas, pero se habían borrado de su memoria. No pude evitar llorar y tanto mi amigo como su esposa y su hija se apiadaron de mí, y me ofrecieron amablemente quedarme en su cabaña esa noche. Había dormido bajo tormentas impresionantes, había dormido en la calle, debajo de un puente. Dormí sobre púas, dormí con una daga amenazándome el cuello. Incluso dormí con una pistola en mi mano, pero ninguna noche fue tan dura o triste como aquella.
Al día siguiente me desperté temprano en la mañana, la verdad no había dormido mucho, y me fui sin que se dieran cuenta, me fui lejos. Seguí viviendo como nómada un tiempo, en mi soledad, la cual parecía que nunca se iría, ahora menos que antes. No podía parar de preguntarme cómo era que mi amigo me había olvidado, no era algo natural que experiencias tan increíbles él hubiera olvidado, no lo creo. Sería tal vez que, ¿ese hombre al que vi no era mi hermano? Supuse que nunca lo sabría, ya que no pensaba regresar ahí jamás.
Decidí irme a vivir a algún lugar lejano, un pueblo alejado en Francia parecía perfecto, y emprendí mi viaje hasta allí.
Solo. Totalmente solo era mi camino, hasta que la vi. Estaba sentada, a lo lejos, con un gorro en la cabeza, su cabello suelto, sus piernas cruzadas, tomando un café. Observé cada detalle de su cuerpo, sus muñecas, sus brazos, sus piernas, su cabello, sus ojos, su nariz, su boca... Me estoy desviando, el hecho es que verla fue lo más maravilloso que me había ocurrido en tanto tiempo, que ya había olvidado cuánto tiempo era. Me paré para ir a saludarla, ella miró su reloj y se paró para recibirlo a él. Lo saludó con un abrazo y un apasionado beso en la boca, fue como ver la escena que yo quería que sucediese conmigo ahí, sólo que la veía a través de una ventana de cristal, la cuál se rompió en mil pedazos imitando a mi corazón. El amor a primera vista no me habría parecido posible hasta ese instante, y luego recordé una frase que escuché hace años en algún lugar perdido en la nada: "El amor, amigo mío, lo encontrarás cuando veas a la mujer equivocada en el vestido correcto. Cuando sientas esa adrenalina de caer por el acantilado, la emoción de ver un jardín hermoso abajo, y el suplicio de caer en el fuego, rompiendo cada pedazo de ti de la manera más dolorosa, de la manera en que se rompe el vidrio cuando se calienta demasiado. Cuando esto te suceda, habrás pagado el precio previo al amor, para algunos mayor, para algunos menor, pero la mayoría hemos de sufrir antes de alcanzar la felicidad." No sabía yo qué tan cierta fuera la parte de encontrar la felicidad, pero la del sufrimiento previo era segura.
Continué con mi camino, preguntándome por qué Dios me odiaba tanto, por qué me había hecho esto, por qué yo no era suficiente para él, qué me hacía merecer la miserable vida que tenía. Unos meses después, cabizbajo y sin saber qué hacer, en un pueblo de mala muerte donde no entendía ni jota del idioma que hablaban, decidí preguntar algo a una mujer que se hallaba de espaldas, cuando se volteó, noté que era ella y me quedé paralizado. Estaba llorando y al verme me abrazó de inmediato, buscando refugio en la primera persona que se acercara a ella. Me dijo algo en francés que no entendí pero fueron tal vez las palabras más hermosas que haya escuchado jamás, intenté responderle en español pero no funcionó, ninguno de los dos comprendía al otro. Sin saber qué más hacer y viendo sus ojos tristes y húmedos, la besé como nunca lo había hecho, ella respondió a mi beso y cuando despegué mis labios, tenía una sonrisa radiante. Me tomó de la mano y salió corriendo sin soltarme, yo la seguí.
Me llevó a un jardín como el que nunca había visto nunca, el jardín más lindo, con un río que pasaba por un lado y los árboles que proporcionaban una sombra perfecta. Nos recostamos en uno de ellos a comunicarnos con miradas, besos y gestos. Inventamos nuestro propio idioma, aquél en el que nadie más nos pudiera entender, pero nosotros nos podíamos amar.
Tal vez ya había sufrido demasiado, tal vez Dios me estaba probando, pero por fin pude ser feliz por un par de años. Hasta que una mañana recordé a mi amigo. Una amarga sensación en mi boca estuvo presente todo el día, y no sabía qué hacer. Le avisé a mi amor sobre lo que sucedía y le dije que fuéramos a España, sólo a verificar que él estuviera bien, y así fue.
Cuando llegamos, llevaba yo tiempo sin hablar español, y sin contacto con la sociedad. Le pedí a ella que se quedara en el hotel, y fui a la mansión de mi amigo, sin saber si me recordaría de la vez que fui a su cabaña en Alaska. Entré a la habitación y vi lo más horripilante que veré en mi vida: El cadáver de mi amigo colgando de la ventana en el pequeño balcón de su alcoba, con una nota atada al pecho. Comencé a leerla, ya con lágrimas incontrolables en mis córneas:
Vida, vida de dolor, ¿puede ser la muerte peor? A mi mejor amigo he dejado en el olvido, en el dolor, para luego todo recordarlo. Me obsesioné con encontrarlo, y decirle que todo era un error. Así partí un día en su búsqueda, pero fue inútil. Mi esposa y mi hija me han llamado demente, y me abandonaron para siempre. Ahora no sé qué más hacer que matar el sufrimiento, ¿y qué mejor forma de hacerlo, que acabar con su portador?
Y así es que hemos vuelto al principio de esta historia. El dolor que me invade no es natural, y creo que de hecho...
-------------------------
Me desmayé en el piso, y soñé con mi amigo. Soñé que me pedía perdón y para terminar me pedía que si algún día volvía a ver a su hija y esposa, les recordara que nunca hubo nadie que las quiso como él. Me dio un abrazo de despedida y se fue para siempre. Me levanté con un gran alivio y lágrimas secas, que limpié rápidamente.
Ahora, tanto dolor por fin está afuera, y no tengo la necesidad de sufrir más, supongo que iré por mi amada, le contaré lo sucedido y nos regresaremos a Francia, pero antes, dejaré estas páginas del diario en algún lugar de la ciudad, y esperar que alguien se entretenga leyendo mi vida, tal vez incluso se moleste en imaginar mi nombre, el cual prefiero en este momento no revelar.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Tanto.

En medio de la oscuridad.
En una pequeña esquina.
Abrazada tú a mí y yo a ti.
Invisibles.

Compartimos un corto beso cada tanto.
En el silencio nos escondimos,
y con sólo rozar nuestros labios,
lo más dulce dijimos.

Tus labios, más dulces que aquel dulce que compartimos esa tarde.
Tus ojos, más brillantes que las estrellas que tras las nubes se escondieron,
demostrando su respeto ante tal hermosa luz que estaba en tus ojos.

Tendida ahí, radiante ante mí.
Tan sublime, tan tú.
Incitándome con una sonrisa a que jugáramos un rato a intentar ser uno.

Y como siempre, caí ante ti.
Tu bello pelo,
Tu hermosa sonrisa,
Tus virtudes,
Tus defectos,
La suavidad de tu voz,
Tus ojos,
Tu boca,
Tus facciones,
Tu cuerpo,
Tus besos,
Tu sinceridad,
Tu forma de quererme,
Mi forma de quererte,
Tu cariño,
Tu manera de curarme.

Sigue siendo increíble cómo haces que caiga de rodillas, que a tu tacto mis tobillos se desplomen, que con tus palabras me ponga feliz o triste, que en tus ojos me pierda tan fácilmente, que con tus labios me embriague de tal manera, que en tus brazos pueda sentir esa protección de que nada nos puede herir...
Sigue siendo increíble aquella mente tan peculiar y única, tan distinta a todas las demás, tan tuya, será por todo esto que tanto es lo que te quiero.

domingo, 5 de diciembre de 2010

El Ángel

-Hace no mucho tiempo iba caminando a paso lento cuando vi un cuadro teñido de color tristeza: Un ángel llorando y sosteniendo un corazón sangrante que había manchado sus manos de carmín; sus manos, las cuáles estaban dañadas y húmedas por haber cubierto tanto tiempo su rostro; su rostro cansado de llorar. Tenía las alas rotas y caídas y estaba sentada a un lado de la calle. Me acerqué a consolarla, curar sus heridas y escuchar sus historias.
Poco a poco el ángel se recuperó y volvió a ser radiante. Aunque aún había noches en que fue hacia mí pidiendo socorro, y viceversa.
Sin notarlo, una llama enorme crecía en mí, un fuego azul de afecto y cariño por el ángel. Descubrí que quiero al ángel de una manera indescriptible.
"Pero el ángel no me quiere, no de ese modo" me repetía cada día. Para ese momento el ángel tenía dueño, y no, no era yo.
Una noche el ángel me miró con los ojos brillantes conteniendo aquel líquido precioso, que es un crimen liberar y nadie merece el poder de hacerlo, y me dijo: "No puedo más, esto se acabó." Sentí dolor por mi ángel, mi luz, mi estrella, porque estaba sufriendo y no era yo quien sanarla podía. Así que un día, sin poder contenerme, y sin aguantar mi dolor, le dije: "Te quiero, como a nadie, como no sólo mi amiga, sino mi ángel, sálvame de este infierno y llévame contigo, te lo imploro."
El ángel despidió su tristeza con alegría en su rostro, y así mismo hice yo.-



No sabes cuánto te quiero, mi ángel.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Donde/Solos Tú y Yo

Sueño con un lugar.

Donde podamos permanecer.
Donde podamos estar juntos.
Donde podamos querernos.
Donde podamos existir
Donde podamos reír.
Donde podamos volar.
Donde nos podamos esconder del mundo por una tarde.

Solos tú y yo recostados en un jardín que intente sin lograrlo tener una belleza similar a la tuya.
Solos tú y yo observando estrellas que contienen deseos como el que eres tú para mí.
Solos tú y yo y el silencio, disipándose de vez en cuando por un par de dulces palabras que son imposibles de guardar.
Solos tú y yo perdidos en el tiempo esperando que éste nos encuentre.

lunes, 15 de noviembre de 2010

A Ti.

Me gustaría poder mirar cómo va a terminar esta historia.
Me gustaría saber ya sí me desharé de ti o algún día estaremos juntos.
Me gustaría enterarme del final feliz o triste, pero saber ya lo que me depara.

Pero si eso hiciera, y observará lo que está por pasar, igual cambiaría, porque mi destino no lo rige nada ni nadie más que yo, y no está escrito, lo escribo cada día:

Imprimiendo en él cada gota de sangre que sale de mi dolor permanente.
Dibujando con detalle cada sonrisa del día a día para no olvidarla nunca.
Grabando cada abrazo, cada caricia, cada lugar en el que estamos tú y yo, y si juntos no terminamos, por lo menos ahora lo estamos.
Apuntando mis decisiones y escogiendo lo que creo correcto, para llegar al final que quiero, uno lleno de felicidad.

Quiero poder ser el protagonista de mi vida.
Quiero aparecer en cada uno de tus sueños.
Quiero que nunca me olvides.
Quiero siempre recordarte.
Quiérote.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Aferrado A Tus Brazos.

Me clavas tu puñal ciega y dulcemente.
Crees que me estás ayudando cuando me estás destruyendo.

Tengo ganas de llorar.
De llorar aferrado a tus brazos,
De no soltarlos nunca más.

Que murieras me mataría.
Que vivas con él no me permite vivir.
La única salida está ubicada en un lugar recóndito y desconocido, el cuál me fascinaría descubrir.

Caigo de rodillas ante tu sonrisa, tu dulce voz, tus tenues facciones.
Tan sublime, tan tú.
Tan ajena, tan inalcanzable.

Me devora el dolor, no lo soporto más.
No te quiero querer, quiero odiarte, aunque me duela, el dolor no puede ser peor.
Si me odiaras, y atacaras, no serías capaz de causarme tanto daño.


Me clavas tu puñal ciega y dulcemente.
Me gustaría decirte que pararas, pero eres una droga y aunque me mates de dolor, moriré feliz por sentirte en mí.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Cayendo Hondo.

"Dímelo ahora.
Hazlo, por favor.
No puedo aguantar más.
Déjame morir en paz.
Sólo dilo.
Siempre me quisiste más."


Fueron las únicas palabras que ella alcanzó a escuchar antes de que su mundo se derrumbara. Ella caía y caía y seguía cayendo al haber sentido ese fuego que la devoraba desde adentro. Un fuego que había estado presente pero había sido paciente; un fuego que se acercaba más al frío que al calor; un fuego que marcó el fin.

Él la había amado a ella desde tiempos lejanos, ella era la huésped permanente en su mente. Él siempre creyó que ella realmente vivía por aquel otro pero moría por él. El sueño de pensar que sí querían estar juntos, pero no podían lo consumió y se obsesionó. Pero un día, al descubrir que ella siempre lo vio como un hermano, como un amigo, mas su amor nunca quiso, ese día él lloró.

Nunca entendió si fue el tiempo, el cariño, las experiencias, el calor, el frío, el hambre, la sed, o simplemente ella: Su bello pelo y su hermosa sonrisa; su alegría y su tristeza; sus virtudes y defectos; su forma de preocuparse por todos menos por ella misma; la suavidad de su voz ya fuera cuando hablaba de amor, o de dolor, o de lo que fuera; o el aire que respiraba por aquella boca que él deseaba suya lo que hicieron que la quisiera, pero la quiso.

Admitir lo que sentía no fue para nada fácil, de hecho, fue muy doloroso, pero fue el dolor de limpiar una herida. El dolor es una amarga y espesa gota. Más clara que el agua, más sabio que el amor, y sin embargo compañero constante de éste, que siempre ayuda a encontrar los pequeños detalles en tu vida. El dolor te limpia.

Pero cuando un dolor puede ser tan fuerte que se cura a sí mismo, ¿qué significa esto? ¿Es acaso un dolor que vale la pena sentir, o uno necesario por evadir?

Lo único que él sabía era que quería acabar con todo, pero él no buscaba soluciones deficientes, no era un cobarde dispuesto a escapar, no. Era un valiente que quería salir adelante y derrotar a sus monstruos y destruir a sus miedos todo el tiempo en busca de la perfección en todo.

Hasta que un día encuentre la perfección: Poder disfrutar de un amor, conociendo también lo que es el desamor. Tener la capacidad de reír sin excluir la de llorar. Querer a alguien que loquiera, velar a alguien que lo vele. Tener los contrastes infinitos de la vida y poder contemplarlos de diferentes maneras, y controlarlos a todos. Era lo que ambos querían, pero chocaron tan duro que ninguno de los dos sobrevivió.

Y en el final, el amor y el dolor triunfaron, ese diabólico par, culpable de cantidad de crímenes ocultos en el mundo.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Mintiendo.

Un alarido,
tan fuerte como el dolor que lo causa,
intenta salir.

Qué aflicción la que me invade
Tengo mucho frío,
no encuentro resguardo en ella,
ya no me puede dar calor.

Ella es la inconsciente causante de ésto.
Ella es la que más me está hiriendo ahora.

Ella es un virus que me invade,
como un cáncer infinito.
no encuentro resguardo en ella,
ya no me puede dar calor.

Y ahora he asociado el amor con dolor,
el solo pensar en ella me produce un mal
que hace que quiera estar lejos siempre.
Porque ella le pertenece a otro.

Ella es la inconsciente causante de ésto.
Ella es la que más me está hiriendo ahora

¿Si muriera mañana, mentirías para decirme que soy el que siempre quisiste?
No puedo vivir sin ti,
pero tampoco contigo puedo.

Me volveré entonces El Amante Distante.

Finalmente, espero que no digas que nunca volví a ser el mismo.
Pero si entendieras mi dolor, entenderías por qué me voy.

No puedo decir que es tu culpa.
No puedo decir que no te quiero,
Porque sé que no es así.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Carta para Ella, la que no es Real.

Hoy he soñado con ella, y aunque aún no es real, hemos hablado.
Ella, la sincronización cósmica casi increíble, sigue siendo no más que una burbuja irreal para mí.
Pero últimamente he aprendido que a un corazón no se entra por la fuerza y el destino es un rebelde a quien no le interesa cuánto necesites algo, es él quién decide cuándo te lo obsequia.
Por fin le he visto y puedo imaginarme cómo será cuando estemos juntos, pero lo siento tan lejos...
Me duele no recibir algo ahora, pero sé que la paciencia que forjaré me será de gran ayuda.
La amo sin siquiera conocerla, o tal vez, ¿amo la idea de amarle? Me inclino mucho más hacia eso, pero cuando el destino me golpee, y vuelva a ver su rostro, esta vez real, quisiera que por una vez el amor me tratara con gracia.
Mientras tanto, mi mayor refugio es la danza de este lápiz sobre un viejo cuaderno que es hogar para mi personalidad y mis sentimientos.
Un cuaderno que está por agotarse pero me ha servido como gran amigo que me permite confiarle historias dramáticas mientras el frío de la noche calienta mi habitación.
Estas hojas, este lápiz y esta lluvia son lo que necesito para escribirle a Ella, la que no es Real, esperando que lo sea.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

El Titiritero del Caos

Una lámpara.
La metáfora más brutal que he visto en mi vida.
Una lámpara representa el mundo entero de una manera sencilla: Ésta genera luz, pero detrás de ella siempre debe haber oscuridad.




La rabia.

La rabia junto con la envidia y emociones negativas han sido combatidas por gente en la humanidad diciendo: "Deja las buenas cosas entrar en ti." Yo pienso que es cierto, y éstas emociones sólo hacen daño a quien las siente, pero por más que se luche por detenerlas, la humanidad no puede escapar.
Emociones como la rabia son necesarias en nuestro estilo de vida, ya que somos un ser que no es capaz de comprender la felicidad sin algo contrario de lo qué diferenciarlo. El ser humano está perdido y solo, es un animal ciego, sin rumbo, y para poder ver la luz, necesita asegurarse de que exista la oscuridad. Por otra parte, sí es capaz de ver a la oscuridad sola, e imaginarse que no existe ninguna iluminación.

Es una maldición.

El ser humano está maldito.

Es casi como si aquél que nos creó hubiera puesto esta paradoja de la luz para recordarnos el hechizo que puso sobre nosotros: “Nunca podrán ver luz que no tenga oscuridad.“ Además de todo, como necesitamos oscuridad para ver luz, no tenemos la capacidad de crear luz sin oscuridad, y ése, ese pequeño defecto de diseño es el que ha causado la mayor parte de la destrucción del ser humano, ése simple error de cálculo en el trabajo. Pero sólo piénsenlo, ¿sería posible reconocer cuándo se está feliz si siempre se está feliz? No lo creo. La otra deuda que me invade es: ¿Si encontráramos una manera, sería posible ver la felicidad sin necesidad de tomar el puente de la amargura? No lo sé, y probablemente nunca lo sabré.

Nuestra necesidad por sufrir se ve reflejada desde que somos pequeños. En una edad temprana, somos capaces de llorar casi por lo que sea, ¿por qué? porque así lo deseamos. La prueba es que más adelante en la vida, cosas que nos podrían herir cuando somos pequeños no nos afectan después. Si un niño quiere helado, pero sus padres deciden no dárselo, es muy probable que el niño rompa en lágrimas tal como si un hombre adulto descubre que su esposa lo engaña desde hace 15 años, ¿a ese hombre adulto le importará no comer helado en un día? Para nada, tiene mejores cosas de qué preocuparse, en cambio, al niño sí porque necesita esa pequeña dosis de sufrimiento para poder recibir la verdad.

En un mundo tan subjetivo como este, todo tiene mil callejones y mil finales, y es la persona misma la que decide si necesita pagar con sufrimiento para ser feliz.

lunes, 1 de noviembre de 2010

No es lo mismo.

No es lo mismo el plástico que el metal.
No es lo mismo la tierra que el mar.
No es lo mismo el bien que el mal.

No es lo mismo la vida que la muerte.
No son lo mismo el destino y la suerte.
No son iguales el inteligente y el fuerte.

Y aunque ambos son bellos por igual,
No son lo mismo el amor y la amistad.

viernes, 22 de octubre de 2010

Más Que Nunca

Estoy en un valle seco y árido en el que se puede vagar eternamente.
A medida que el frío penetra se va convirtiendo en dolor, y me estoy congelando.
Lanzo una plegaria como un avión de papel al cielo, esperando estúpidamente que algo o alguien la reciba y haga realidad.

No veo a nadie, no siento a nadie.

Estoy solo.


Estoy en el cementerio.
Mi corazón llora y no se concentra para explicarlo todo al mismo tiempo.
Mi alma sangra, al sentirse abandonada.
Mi mente solo quiere gritar.


Necestio algo más,
algo grande,
algo real,
no más fantasias,
no más recuerdos,
quiero mantener la realidad.

Quiero alguien a la cual poder dedicar tantos sentimientos guardados por tanto tiempo.
Quiero alguien que me quiera de igual manera.
Quiero querer, y quiero sentir algo muy fuerte por alguien, poder expresárselo.

Y me embriago con el deseo, de sentir lo que por nadie siento.
Y me conformo con la ilusión de cómo será cuando pase.
Y anhelo encontrarte, a quien he buscado sin rumbo por tanto tiempo.
Y anestesiado por el dolor de una irrealidad que sueño más que nada crear,
me ahogo con el aire que no quiero respirar.

Ven aquí, te necesito más que nunca.

lunes, 4 de octubre de 2010

Sin Sentido.

Quiero escribir, quiero crear, quiero penetrar el papel y permitir que sus mundos ocultos escapen.
Hace ya tiempo que cometí suicidio, y necesito revivir.
Me mantengo en otro lugar, busco algo qué hacer, leo deprimentes escritos de un anónimo.
Ninguno de mis redactores se pone de acuerdo, y todos opinamos diferente.
Algunos queremos hablar del pasado, otros del futuro, otros del presente.
Unos queremos hablar sobre la realidad, pero los otros no lo soportaríamos.
Tal vez no tengamos mucho de qué hablar, o tal vez no lo sepamos expresar.
Sé que leeré este escrito y me reiré de lo patético que es, pero mi agudo y pequeño lápiz me ayudará a recordar como fue todo cuando el sonido de la lluvia golpeando en mi ventana acogía mi habitación mientras intentaba actuar como lo que aún no era.

Lo Que En El Tiempo Se Perdió.

Un bonito día, las emociones en el paraíso se reunieron; entonces bajó la luz y les dijo: -Buen día pequeñas, hoy les ensaré a jugar a las escondidas. Escojan a alguna que cuente hasta mil mientras las otras se esconden, y después salrá a buscarlas.
Así pues, las emociones decidieron que la Locura contaría, y comenzó el juego.
-1, 2, 3, 4, 5... 1000! dijo la Locura y emprendió su búsqueda.
La Locura llegó a un hermoso jardín de rosas donde por encima de su cabeza, miles de ramas se juntaban impidiendo ver el cielo. Escuchó un ruido y tomó una rama caída para empezar a buscar entre las matas sobre su frente.
De repente, unas gotas de un color carmín oscuro cayeron en su hombro, seguidas de unas mucho más claras y saladas.
Era el Amor, quien se había escondido ahí, y con la rama, la Locura le había arrancado los ojos.
Ésta, apenada, prometió cuidar del Amor para siempre y ser su guía.

Por eso se dice que el Amor es ciego, y está acompañado de la Locura.


Nota: Esta historia no es original mía, es algo que leí alguna vez en mi infancia y sentí la necesidad de narrarlo.

viernes, 1 de octubre de 2010

Él Va Despreocupado

Hay una criatura. Es fuerte, pero está derrotado. Es valiente, pero tiene miedo.
No tiene la fuerza para destruir a alguien, pero tiene una mayor, aquella para destruirse a sí mismo.
Un valor peligroso, pero puede llegar a ser brutalmente necesario.




Un diecisiete de marzo como cualquier otro, Martín se levanta por la mañana y piensa en ella.
La cual no necesita un nombre, puede ser simplemente una figura en su mente, pero la recuerda cada mañana y vela por volverla a ver.

Martín se baña, se viste y sale a la calle.
Camina por una calle tranquila en su ciudad, él va despreocupado.
Compra el periódico y se sienta en una esquina a tomar algo mientras lo lee.
La situación sigue igual en su "tranquila" ciudad, él va despreocupado.
Paga en el sitio y sigue caminando, pero un par de personas vieron que su reloj era bonito y su billetera estaba llena, y deciden seguirlo.
La tranquila ciudad continúa moviéndose, él va despreocupado.

Martín cae de repente al piso y se da cuenta que dos tipos tienen un puñal y una pistola.
Martín les escupe y sigue corriendo por su tranquila ciudad, él va despreocupado.

Martín cae de repente al piso y ya no está consciente.

Martín se levanta en un cuarto oscuro.
Él está en el medio de la nada dentro de su tranquila ciudad, pero él va despreocupado.
Para Martín sólo hay una cosa importante en el mundo, y mientras está a salvo, él está bien.

Dos enmascarados comienzan a preguntarle a Martín.
Ellos han descubierto que Martín es alguien importante en su tranquila ciudad, él va despreocupado.
Empiezan a hacer un par de llamadas y le obligan a transferir un montón de números desde un montón de números hacia otro montón de números.
En su tranquila ciudad, eso supone una situación bastante dura, pero él va despreocupado.

En el cuarto del lado, Martín puedeo oír a su padre siendo torturado.

Luego, ellos empiezan a investigar, y de su billetera obtienen una foto de ella.
Ellos saben que ella está en aquella tranquila ciudad, y él, va preocupado.

Martín es fuerte, pero será derrotado. Martín es valiente, pero tiene miedo.

Ellos la toman y ahora está en la sala siguiente a él, salas que tienen muros muy delgados.

Martín comienza a escuchar gritos que no se habían conocido antes en esa tranquila ciudad, y Martín, va preocupado.

Ellos lo obligan a tomar una decisión, una dura decisión que afectará toda su vida.

Martín no tiene la fuerza para quitarle la vida a alguien, ni para seguir aguantando ésto por mucho más.

Pero Martín es mucho más fuerte que eso.

Martín tomó la decisión menos esperada.

No es justo que en una ciudad así, un joven así ya no vaya.

Pero en esa tranquila ciudad, todos van despreocupados, porque no saben.

Nadie sabe.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El Puñal de Espinas

Un domingo, una pobre alma en pena se levantó de la cama.
Tomó un tren desde los sueños que decía "Andén del Regreso a la Realidad."
Aquel sitio era frío y tenía el color de la tristeza, pero el vagón de el joven que estaba por montarlo lo era aun más.

De vuelta a la realidad en un mundo tan infeliz como lo era su corazón él recordó todos sus problemas e intentó llorar.
Aquéel domingo era el aniversario...
El aniversario de su muerte.

El aniversario del día en que su corazón no pudo más con el dolor de saber que la persona que más amaba no tenía pulso.
Aquel mísero día lo hacía poner nostálgico y no quería ver a nadie.
Pero llevaba más de un año ocultándose detrás de sus lágrimas.

Sus padres lo habían llevado con varias personas que decían ser expertas en su situación.
¿Pero habían ellos sentido ese suplicio por el que él pasaba?
Aquella amarga sensación de tener un corazón de papel en medio de la lluvia.
Su espíritu se deshacía de una manera dolorosa y desgarradora.

Sus padres le daban todo lo que podían, pero sabían que no había nada más importante para él que ella, lo único que ya no podía tener.
Aquella, que hizo que su cuerpo temblara.
El dolor era demasiado, y él así, decidió seguir durmiendo.

Y regresó con ella a sus sueños más alegres.
Y tuvo con ella todo lo que quiso.
Y aquella sensación desapareció.
Pero en algún momento el regresará.

Y al final de todo, seguirá siendo domingo

lunes, 13 de septiembre de 2010

El Pasado Que Nunca Sucedió.

Había un tiempo, en que los árboles cantaban.
Y las rosas danzaban, y las nubes no lloraban.
Y era un tiempo, en que mi alma se hidrataba,
De tu sonrisa y tu mirada, y con tu sufrir sollozaba.

Y era un tiempo, en que la sangre era dorada.
Y ningún rey a un esclavo mandaba, mientras el esclavo así ordenara.
Y era un tiempo, en que las emociones se materializaron.
Y un líder se rindió ante su mejor maniobrador, su más astuto traidor.

Cuando un pasado que nunca sucedió te abraza y desgarra,
Cuando un futuro que nunca vendrá te ilusiona y te amarra,
Cuando respiras mentiras, cuando no sabes lo que dices y no dices lo que piensas.

Ahí estaré.

Y todo lo que ocurrió entre tú y yo mientras tú estabas,
En mi oscura y destruida mente.
Y todo aquello que pasó en mi imaginación mientras yo te entraba,
En ella secretamente.

Se me vendrá encima, y me devorará... la furia.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Vivir.

Tocar guitarra hasta que mis dedos no alcancen, leer una biblioteca entera, pensar y filosofar, escribir y publicar mis pensamientos, irme al exterior, vivir en NY, Londres, París, Barcelona, LA, o donde se me dé la gana. Volverme punk y dejarme una cresta púrpura, volverme metalero y dejarme el pelo hasta los tobillos, después, cortármelo y dejármelo bien y tal vez pasarme al jazz y la cásica y alternativas suaves. Saltar de un edificio a otro, tirarme en paracaídas, quedarme en el campo escuchando música o hablando; ya sea con mi soledad o con quien la quiera exiliar. Componer sinfonías y canciones nunca oídas, ir a África, Asia, Europa, América entera, y Oceanía. Enamorarme. Amar y que me amen. Correr. Gritar. Saltar. Beber vinos de gama alta en Zurich, comer hot dogs en una esquina de Manhattan. Ver el atardecer en Athenas, disfrutar un fin de semana sin dormir en Ibiza, presenciar la aurora voreal. Ver un parto... bueno, tal vez eso no. Salvar una vida, plantar muchos árboles, montar en bicicleta por todo central park, hacer un dúo de guitarra española en una plaza de Madrid, permitir que mi voz se escuche, conmover a miles, desepcionar a pocos, ser más que una cara en la multitud, dibujar un bello paisaje con palabras, recitar una divina historia con sonidos. Creer. Soñar. Volar. Ver. Oír. Cantar. Caminar por una montaña helada y luego regresar a una cabaña cálida que pueda compartir con alguien o mucha gente. Dormir en el Amazonas en una casa indígena. Ir a un safari en Sudáfrica. Aprender a hablar francés. Usar los puntos y comas al azar y equivocadamente. Amanecer en un penthouse en Las Vegas y no recordar la noche anterior. Estudiar música en Nueva York, aprender sobre arte en Francia, tocar en un pub en Londres, y en un estadio en Berlín. Escribir poemas hermosos. Recitar anécdotas a mis hijos, sobrinos y nietos, escuchar las de mis padres, tíos y abuelos. Ver un fantasma e intentar que los otros me crean. Ser testigo de algo sobrenatural, impedir que me roben. Regalarle una flor a una vendedora de flores. Tocar guitarra en un metro y que la gente me pague no por lástima, sino porque les guste lo que esté haciendo. Ir más allá del límite, no descansar el séptimo día. Ayudar a alguien que lo necesite, que me ayuden si lo necesito. Ser barman, o no serlo, como sea, eso y más, es lo que quiero hacer.

domingo, 29 de agosto de 2010

El Tormento De Delilah

Estaba tarde y era oscuro, Delilah no recordaba qué hora era, ni en qué momento su mundo se derrumbó.

Delilah, que una vez fue feliz, no entendía en qué instante acabó el presente.

Delilah era una persona singular, una perla dorada, una rosa púrpura.

Su mundo estaba hecho pedazos, y ella no comprendía, nunca se imaginó lo que sería la agonía.

Delilah tenía frío y estaba sola, en su lecho de muerte, ahogándose, undiéndose, muriéndose, la tristeza la había destrozado.

En su último aliento, Delilah le rezó a un cometa para que le permitiera salir y volar lejos de todo eso.

El cometa se conmovió co el brillo de sus lágrimas, nunca había apreciado un destello mayor, ese llanto era puro.

A partir de esa hermosa lluvia que caía de sus ojos, el cometa creo un precioso paisaje sólo para ella; un divino bosque con un lago oscuramente misterioso, que al reflejar la luna le contaría todas las historias más fascinantes de la raza humana. Podría correr y jugar con todos los animales, o quedarse en el pasto contando las estrellas.

Pero Delilah no sería feliz con eso. Tanta belleza era demasiada como para no tener con quién compartirla, así que el cometa la llamo insolente y desagradecida, y la devolvió a su vida mísera como castigo.

Delilah no se quejó.

Delilah no se sintió triste.

Delilah experimentó lo que es bañarse en azufre en su propio pedazo de infierno.
Delilah derrochó agua hasta que sus córneas se secaron por completo.
Sollozó, gimió, lloró, y volvió a empezar.
Y después, cuando no podía llorar más, su alma siguió chillando, y aunque no salían más lágrimas, el sudor y la sangre las reemplazaron.
Diez. Cien. Mil. Cienmil. Un millón y más agujas se clavaban en ella y la anestesiaron hasta que ya no podía sentir más dolor.

Delilah no fue feliz,
Delilah no fue triste.
Sin pena ni gloria,
Delilah murió,
Y su cadáver caminó,
Hasta que su corazón sucumbió.
Y muerta en vida se quedó,
Hasta que su ira explotó...





De lo que después sucedió,
Nadie nunca se enteró...

Cuando La Luna Bese Al Mar

Y una vez más el mar idolatra al cielo.
Y adopta su forma,
imita su belleza,

Pero la divinidad verdadera del día
y la noche dibujados en aquel techo
no es más que el hecho
de ser independientes.

Y con eso han capturado al mar,
y han cometido la peor crueldad;
le han impedido una identidad;
manteniéndolo amarrado,
estudiando cada movimiento
e intentando ser igual.

¿Qué ha hecho el mar para merecer tal castigo?

Qué suplicio al que ha sido enviado,
para ser devorado,
por el cielo que necesita ser alimentado.

Y el mar observa desde la lejanía
y cuenta las pecas de hermoso brillo
para dibujarlas en sí.

Qué triste historia
la que se esconde
detrás de estos sucesos...

de amor, por supuesto.

martes, 24 de agosto de 2010

Grítame.

Mírame, deséame, háblame, acábame, castígame, poséeme, suéñame, piénsame, cántame, escríbeme, léeme, entiéndeme, ignórame, hiéreme, grítame, susúrrame, atácame, defiéndeme, respírame, bébeme, créeme, cree en mí, seamos uno, existamos, vivamos, muramos, empecemos, no acabemos, continuemos... Miénteme, entrégame ese dulce néctar, róbame, volemos, nademos, corramos, conversemos, veamos, observemos, escuchemos, mirémonos, unamos nuestras luces eternamente y no nos apaguemos, desmayémonos, despertemos, bailemos, besémonos, abracémonos, entreguémonos el uno al otro y olvidemos el yo; saltemos, confiemos, desconfiemos, seamos esclavos el otro del uno... después de todo, todo ésto es amar.

Ámame.

Amar es Herir.

Y ahí se encuentra mi dilema.
Como correr por la lluvia sin mojarse.
Como pasar una noche conversando con la luna,
y pidéndole 1 deseo ó 2.
Como tapar el sol con el pulgar,
para que el del lado no lo vea.
Como volar con las alas rotas.
Como soñar estando muerto.
Como hablar por los ojos.
Como existir.
Como escribir que no te quiero.
Como tú y yo.

viernes, 20 de agosto de 2010

El Arte

Qué bello es,
Qué doloroso es,
Qué extraño
Y qué lindo es, que entre todos nuestros problemas,
Nestras guerras,
Nuestra sed,
Nuestra ignorancia,
Nuestro todo,
Creáramos algo tan maravilloso,
Como lo es el arte.

¿Vivir en una fantasía o perecer de dolor en una realidad?

Me lo había imaginado muchas veces.
Había muchas repetidas veces soñado cómo se sentiría la libertad.
Ese dulce olor al correr por el campo con tranquilidad,
ese suave sabor del aire fresco.
Había pensado tanto y tan fuerte en ello, que casi lo había logrado.
Mi mente me tomó en una nube hasta casi la puerta del cielo.
A centímetros estuve de experimentar la felicidad utilizando sólo la vista interna.

Y se desvaneció por el carrasposo grito de guerra al entrar la lluvia color tristeza en la mañana.
Era junio, pero seguía sin iniciar el verano.
En la pequeña habitación apenas cabíamos mi cuaderno y yo.
Acurrucado en una esquina, con miedo a existir por el hecho de poder sufrir.
Y aquella dura sensación de admitir la fantasía destrozada me hizo romper a llorar.
No fueron muchas lágrimas, pues había pasado toda la noche gimiendo.
Nisiquiera sabía si prefería mis pesadillas o mi realidad,
No eran muy diferentes.
Y quién diferencia la mentira de la veracidad cuando ya no sabes cuál es mejor?
Todo da lo mismo cuando tu pasado, presente y hasta tu imaginación conspiran contra ti.
Mi única solución era soñar despierto,
Y el dolor al regresar a la realidad se vuelve peor que si nunca me hubiera ido.
Una máscara húmeda, roja y afligida cubría mi cara
Que alguna vez había sido limpia, radiante y alegre.
Un tiempo que había acabado,
Un dolor que no había cesado,
Un error que no ha sido enmendado.

Una Enfermedad Agridulce

Empiezan los síntomas... y un helado viento corre por mi sangre.
Mi cerebro no se concentra, y mis tobillos duelen.
Todo mi cuerpo parece pesado y encadenado.
Tengo que liberar mi alma, pero necesito fuerzas para que mi espíritu pueda gritar.
Un leve cosquilleo se pasa por mi estómago,
y un placentero dolor de espinas enterradas en mi pecho me impide respirar.
Necesito que me des alas para volar contigo a lugares extraordinarios.
Quiero que me obsequies tu aire para perderme en él.
Deseo beber el cianuro de tus ojos hasta ahogarme.
Anhelo besarte y detener el tiempo para que sea eterno.
Ansío ser el dueño de tu llanto y de tu risa.
Codicio el dorado de tu pelo, por el que daría todo el oro hallable...

Aspiro enfermarme de ti.

Quería que esto nunca hubiera existido.

Quería que me dijeras lo mucho que me querías
Quería que nos perdiéramos en el tiempo,
Quería tener tu sonrisa,
Quería poseer tu ser,
Quería respirar el aura que emanaba de tu piel,
Quería que fuéramos uno,
Quería besarte, sentirte y tocarte toda la noche,
Quería tener tu llanto,
Quería que sufrieras por mí y así poder curarte,
Quería que me quisieras, como yo te quise a ti,
Quería que esto no terminara,
Si es que alguna vez empezó...
Quería ser el protagonista de tus sueños,
Quería permanecer contigo,
Quería perecer contigo,
Quería beberte, y que tú me bebieras,
Quería ser para ti más que alguien que sólo te escribió poemas cuando ya era muy tarde.
Quería ser en quien pensaras cuando te desperatras,
Quería verte, sólo eso,
Quería tus ojos,
Quería tu sonrisa,
Quería tus hermosos labios,
Quería tu cuerpo,
Quería todo lo que tuviera que ver contigo,
Te quise mil noches,
Te quise mil días
Te quise y te quise otra vez,
Trate de impedir esto a toda costa, pero tú fuiste egoísta,
Te quería a ti, ¿era tan difícil entenderlo?
Siempre quise que supieras cuanto te quería,
¿Por qué fui tan tonto de esconderlo?
Cuánto envidié aquél que podía contigo hacer lo que quisiera,
Aquél que te hipnotizaba,
Aquél por quien llorbas, reías y gritabas,
Aquél, por quien morías...
Ese quería ser yo.

Después de la lluvia vino el diluvio.

"Me fui un día y encontré peleas y gente desubicada hablando incoherencias"
-¿?

Originalmente decía "Gisela" pero ella estaba simplemente hablando de lo que pasó administrando su página, yo miré más allá, y me gustaría saber a quien poner como autor de la frase, porque sé que hay gente que piensa en esto mucho, tal vez podría poner a Dios ahí, pero la verdad es que no creo mucho en él. El punto es que a mí sólo se me ocurrió decir:

Todos los días, me levanto por la mañana y pienso, se ha convertido en un hábito que me agrada bastante. Rcupero la memoria: ¿Qué día es hoy? ¿Cuánto he dormido? ¿Qué hice ayer? ¿Qué haré hoy? y después de todo esto miro por la ventana con leve inocencia y esperanza intentando lograr ver algo distinto, pero siempre pasa igual: Me voy 7 horas y encuentro peleas, gente cuyos rumbos no han encontrado, individuos sin saber qué hacer, y que en el fondo de sus almas, probablemente habrían preferido no nacer y ahorrarse esta transición inexplicable en la que nos encontramos.
Como dije antes, aunque no creo mucho en Dios, pienso que si existiera, sería algo muy racional. Las coincidencias. Una de las maneras favoritas de Dios de burlarse de nosotros y volarnos los cesos. Quiere ver qué inventaremos después de haber visto otra cosa que puede ser llamada sobrenatural. Las coincidencias son una de las razones por la que la gente termina diciendo incoherencias, y puede llegar hasta inventarse religiones y otras estupideces que sólo han logrado dañar la sociedad. No me malentiendan, respeto que alguien crea en Dios y rece, aunque me parece un poco extraño y prefiero yo mismo no hacerlo, pero la religión católica, al igual que muchas otras, sólo ha dañado la humanidad, nada más que eso. Volviendo a la frase original para no salirnos mucho del tema, lo que encuentro cuando miro por la ventana también me incita a pensar: ¿Seremos sólo errores y encuentros del destino? ¿o seremos el reflejo de un ser sobrenatural jugando con nosotros? o simplemente estamos perdidos... Por lo que creo que es verdad, opinaría que las 3 pueden ser verdad simultáneamente, y también lo puede ser ninguna. La realidad es algo subjetivo, como la belleza, y no se puede tomar así como así, explicarla y deferenciarla de su opuesto, cada quién escoge en qué creer, y yo prefiero creer que somos el reflejo de una criatura más allá. No necesariamente Dios, porque la verdad, si alguien se encarga de premiarnos y castigarnos, o si alguien controla nuestras acciones y lo que pasa a nuestro al rededor, ese alguien no puede ser el ser bondadoso y bueno que describe la biblia; no, ese alguien sería más bien un diablo, que premia a los que le caen bien ya sean buenos o no y se divierte con ver el mundo estallar. Hoy un terremoto en Haití y mañana otro en Chile, hoy se encuentran 2000 cadáveres en Colombia y mañana los encontrarán en algún lugar más, el Diablo se divierte con nosotros, maneja la suerte y se regotea usándola a su placer, el Diablo no vive, el Diablo muere y tiene un alma dividida, matar te parte el alma, y como el Diablo no vive, se podría decir que el Diablo está muriendo de lo mejor, lo que cualquier persona querría: Su propia especie para hacer lo que quiera con ella, incluso simplemente dejarlos sin rumbo y que se maten solos, más divertido, interesante, y curioso ver qué van a hacer, y contribuir y hacer unas mejoras, el Diablo es aquel que todo ser humano común y corriente quiere ser. El Diablo es El Hombre, el Diablo eres tú, el Diablo soy yo, y sus fragmentos subatómicos de alma están en todos nosotros, ¡qué generoso ha sido el Diablo! Es una lástima que todo aquello con lo que soñó John Lennon tal vez nunca se cumpla. John Lennon. Un hombre que no necesitó descubrir que E es igual a mc al cuadrado para ser uno de los más inteligentes en nuestra historia -sin quitar mérito de Albert Einstein, quien no sólo descubrió esta fórmula sino que también peleó como John por un mundo mejor- y era tan bueno para nosotros, que el Diablo mandó un alma a que lo llevara a donde tenía que seguir. La humanidad no apreciaba tener a alguien como Lennon, la humanidad no merecía a alguien como Lennon, personas así simplemente deben venir acá, a conmover a algunos de nosotros, y luego seguir adelante, con lo que sea que siga, así sea tan simple como un sueño eterno, o tal vez volver a intentar esto, o ir a un lugar disinto, o volver con el Diablo al infierno, o después de que el Diablo nos haga sufrir, poder ir con Dios al cielo, pero yo pensaría que ése es un lugar reservado para personas como Lennon y Einstein, personas que se lo merezcan, y ahí, pueden ser premiados por todo lo que ayudaron aquí. Aunque Lennon y Einstein no querrían premios, querrían seguir ayudando, así que lo que sigue de esto continúa siendo no más que un misterio, que la verdad, no tengo mucha prisa en resolver.

martes, 17 de agosto de 2010

El Hombre

El Hombre creó la ignorancia, la inteligencia, la estupidez, la desgracia, la dicha, la miseria, el poder, la codicia, la felicidad, la tristeza, el bien, el mal, la envidia, la lujuria, lo que es correcto y lo que no, a los fuertes y a los débiles.

A los dioses, las religiones, los prejuicios, las mentiras, la verdad, la elegancia, los modales, el amor, el odio, la desigualdad, la monotonía, la belleza, la fealdad, la corrupción, la justicia, las reglas, la represión, los castigos, y demás demonios.

Te enseñó cuando llorar y cuando reir, la riqueza y la pobreza, la pirámide social y se encargó de ubicar a cada uno en su puesto.
Te creó a ti y a mí, a tu familia, a tu jefe y nos dijo qué debíamos hacer. Nos explicó cada concepto y dijo, que no había otra salida que obedecerlo.
Nos cegó, nos envenenó, nos maltrató, nos masticó, nos escupió y nos devoró. Nos crió, y nos moldeó, y no generamos resistencia.

Y ahora, es demasiado tarde para hacer algo, porque tú eres El Hombre.

domingo, 18 de julio de 2010

Un Poema para ti, y Para lo que no fui.

Esta mañana amaneció;
Estaba lloviendo.
Recordé ese lugar:

Donde nos besamos, donde nos acariciamos, donde fuimos felices.
Las rosas florecieron, los pájaros cantaron y todo iba al son de nosotros.
Tú y yo ahí paralizados mientras la naturaleza nos observaba y envidiaba, y se encargaba de crear un ambiente propicio.
El azul de tus ojos penetraba en los míos mientras me acercaba lentamente para chocar con tus labios y susurrarte frases que te ponían de rodillas.
Recordé aquel tiempo en que nos recostábamos abrazados en aquel viejo árbol mientras observábamos el atardecer y esperábamos despiertos el amanecer.



Esta mañana amaneció;
Estaba lloviendo.
Y recordé ese lugar:
Donde ocurrió mi fantasía.


jueves, 24 de junio de 2010

El Aroma

El Aroma.
Aquella trampa tentadora que despierta un hambre voraz.
Ese veneno que duele y complace,
Y mientras más te destruye, más lo deseas.
Este objeto que me enreda y me desenvuelve,
Me asfixia y me revive.

El Aroma.
Aquella pintura que quieres desdibujar para nadar en sus colores.
Ese castigo que te premia,
que te incita a cometer el crimen.
Este mal necesario para cumplir el bien,
Antídoto de sí mismo.

El Aroma.
Aquella canción que es cantada en tu interior,
pero inaudible para el exterior.
Esa amarga perdición,
Color de la tentación,
Dicha sin razón.
Este virus imparable,
Que llega hasta tu fondo y lo corrompe,
Haciéndote cumplir, los más acertados errores.

¿Y Qué Más Pasará?

¿Qué pasará cuando pierdas tu alma?
¿Qué pasará cuando envenen tu ser?
¿Qué pasará cuando el viento robe tu aire?
¿Qué pasará cuando veas el reloj, y te des cuenta de que no se encuentra?
¿Qué pasará cuando el futuro sea el pasado?
¿Qué pasará cuando maten tus ojos, tus oídos, y tu voz?
¿Qué pasará cuando aprendas a existir de una manera maquinaria?
¿Qué pasará cuando penetren en tu mente?
¿Qué pasará cuando no entiendas tu idioma?
¿Qué pasará cuando no reconozcas a tu gente?
¿Qué pasará cuando te olvides de tu hogar?
¿Qué pasará cuando te encuentres con la verdad?
¿Qué pasará cuando conozcas el arrepentimiento?
¿Qué pasará cuando veas el precipicio?
¿Qué pasará cuando no haya vuelta atrás?
¿Qué pasará cuando el sol se ponga?
¿Serías capaz de destruir todo lo que tienes sólo para poder volverlo a anhelar?

Al final, serás tan pobre que sólo tendrás dinero...

miércoles, 23 de junio de 2010

A La Deriva

Estoy en el limbo, colgando de una línea.
Tengo miedo de seguir y caerme, y volver a sentir ese horrible dolor.
Pero siento ganas de arriesgarme, ya que el arribo puede ser maravilloso.
¿Qué debería hacer?
Ay, tantas contradicciones en mí.
Tantas voces chocando y expresando comentarios de maneras opuestas, haciendo corto circuito.
Van desesperadas por mis pasillos buscando demostrar que su punto es correcto.
Quieren convencerme y yo necesito tiempo para decidir.
Aunque no sé si mis desenfrenados sentimientos puedan esperar a mi cerebro.
Me tomaría mucho tiempo reconstruir mi fortaleza si se trata de un Caballo de Troya quien está entrando.

"Aquél que pretende observar la situación desde todos los ángulos, nunca decide." -Anónimo

"Es tan corto el amor y tan largo el olvido." -Pablo Neruda

Tantas Veces

Allí estaban dos cuerpos, siendo.
Recostados en un árbol de hojas naranjas que los tapaba del sol radiante, mientras era admirado por ellos desde la lejanía.
No existía el tiempo.
Respiraban sonrisas y se alimentaban de besos.
Todo era perfección.
Él le profería su amor a ella y viceversa.
Bebían el elixir más escaso y exquisito.
Todo era hermoso, no había complicaciones, ni rutina, ni horarios.
Nada de dinero, eran suficientemente ricos, ahí, sólo ellos dos.
No había poderíos políticos ni peleas por éstos, el amor les proporcionaba una fuerza jamás imaginada.


Qué bien sabe, ¿no?
Poder imaginar algo tan bello, y llevarse al éxtasis irreal de casi recrearlo.
Y qué fuerte duele, reconcer que es imposible lograrlo.

Pienso más en las agridulces fantasías y mentiras de lo que debería.
Y es que es algo que he sufrido muy fuertemente.
Tantas veces soñé con que pasaría.
Tantas veces creí que se cumpliría.
Tantas veces me engañé con el deseo,
De vivir en una realidad de papel,
La cual he dibujado con palabras tantas veces,
Tantas Veces.