Introducción

"Escribo porque tengo que hacerlo, porque la escritura llega, no todo el tiempo y no muy seguido. Tiendo a escribir por rachas, entre meses en los que no escribo nada. ¿Tiene la poesía algún propósito? No, excepto el de satisfacer la necesidad del escritor. Pero la sociedad sería de lo más pobre si la poesía no existiera."

Nota: este párrafo no se me atribuye a mí, es de un escritor, pero no recuerdo su nombre.

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miércoles, 9 de febrero de 2011

Un Último Esfuerzo.

-"Sí, hazlo, no tienes nada qué perder, es el golpe perfecto, nadie lo notará, serás libre después de esto. Anda, ya sabemos que quieres hacerlo, aquí es el momento, lo vi en un sueño, no dudes más, el que piensa pierde, hazlo ahora, o pierde para siempre."
Seguía meditando la situación, faltaban cinco minutos y todo se estaba tornando borroso, debía elegir entre correr o disparar ahora mismo, no había más tiempo.
-"Rápido, mátame, aquí es el momento, no me resistiré, se que aquí sucederá, sólo hazlo ya, vamos."
Se preparaba para apuntar, estaba lista, decidida, cuando de repente:
-"Espera, antes de disparar, merezco unas últimas palabras. ¿Qué ganarás cuando lo hagas? ¿Habrás demostrado valor? ¿Te sentirás realizada al saber que mi sangre estará en tus manos? ¿Cargarás con el peso de haber destruido a quién más te importó? ¿Sobrevivirás a la cólera, persiguiéndote año tras año, recordándote que esto no fue una pesadilla? ¿Qué sucederá después? Después de que hagas el crimen perfecto, de que todo el mundo piense que partí lejos a donde nadie lo sepa, a donde nadie me persiga, entristeciendo a mis seres queridos, preguntándose por qué los abandoné. Lo sentirás, tendrás ganas de decirlo, nadie hace un crimen tan bueno, nadie guarda un secreto tan grande, sin liberar una pizca de ello, -pasando por alto aquella que me llevo yo al inframundo- te he de ver llorando, sufriendo, nos veremos allá, querida amiga."
Disparó. Dejó que el dedo empujara el gatillo, aún sabiendo que todo lo que él había dicho era verdad, sabiendo que la cólera la quemaría por dentro. Disparó una vez más, asegurándose de que el sufrimiento fuera a valer la pena. Rompió en llantos y gritos, y disparaba rápido y con rabia hacia un cadáver que rebotaba con cada golpe. Miró el reloj y vio que faltaba un minuto, así pues siguió golpeándolo como pudo, imprimiendo su sangre en sí, exprimiendo toda la furia que tenía de tantos, tantos años. Años de espera que pasaron antes de llegar a aquel momento, aquel clímax de odio. Esta noche era más oscura que las demás, no cabía duda, pero las estrellas brillaban más intensamente, recordándole que nunca más le permitirían olvidar de esa noche.
Corrió, faltaban treinta segundos.
Corrió escapando de sus actos, escapándose de lo que acababa de hacer.
Corrió intentando alejarse del remordimiento, que corría a su velocidad.
Corrió queriendo callar a sus pensamientos, que la odiaban, como se odiaba ella misma.
Corrió con el intento vano de que la velocidad le arrancara la pena que cada vez se aferraba más a ella.
Corría sin importarle lo que le podía pasar, dejándose ir al más allá.
Corrió por la calle, hasta que una ambulancia que iba demasiado rápido destruyó su cuerpo, se sintió libre, de todo lo que no aguantaría un día más.
Una última sonrisa dejó su rostro, sabiendo que se encontraría con él en un lugar seguro.

lunes, 7 de febrero de 2011

Luz

Ah, cómo extraño mi sonrisa.
Voló lejos con el viento tiempo atrás.
Ah, cómo odio mis ojos.
Me recuerdan la alegría que ya no está.

A veces pienso que se esconde,
bajo el viejo árbol en el bosque, esperándome.
Algún día construiré mi camino hacia ello,
y navegaré a través del mundo, hasta poseerlo una vez más.

Y no me importa si el mundo dice que no puedo.
No me interesa si no me creen capaz.
Sólo quiero rodar.

A veces sueño con que ella estará sonriendo,
con sólo oir mi respirar.
Esas veces que me siento más cerca al final.

Y cuando pienso en ella me pregunto:
¿Estará haciéndolo también?
Y cuando la siento cerca de mí,
Siento que todo está bien.
Y cuando la siento cerca de mí,
Siento mi sonrisa aquí.


Todas nuestras mentiras se encontrarán en la luz.