El Hombre creó la ignorancia, la inteligencia, la estupidez, la desgracia, la dicha, la miseria, el poder, la codicia, la felicidad, la tristeza, el bien, el mal, la envidia, la lujuria, lo que es correcto y lo que no, a los fuertes y a los débiles.
A los dioses, las religiones, los prejuicios, las mentiras, la verdad, la elegancia, los modales, el amor, el odio, la desigualdad, la monotonía, la belleza, la fealdad, la corrupción, la justicia, las reglas, la represión, los castigos, y demás demonios.
Te enseñó cuando llorar y cuando reir, la riqueza y la pobreza, la pirámide social y se encargó de ubicar a cada uno en su puesto.
Te creó a ti y a mí, a tu familia, a tu jefe y nos dijo qué debíamos hacer. Nos explicó cada concepto y dijo, que no había otra salida que obedecerlo.
Nos cegó, nos envenenó, nos maltrató, nos masticó, nos escupió y nos devoró. Nos crió, y nos moldeó, y no generamos resistencia.
Y ahora, es demasiado tarde para hacer algo, porque tú eres El Hombre.
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