Y una vez más el mar idolatra al cielo.
Y adopta su forma,
imita su belleza,
Pero la divinidad verdadera del día
y la noche dibujados en aquel techo
no es más que el hecho
de ser independientes.
Y con eso han capturado al mar,
y han cometido la peor crueldad;
le han impedido una identidad;
manteniéndolo amarrado,
estudiando cada movimiento
e intentando ser igual.
¿Qué ha hecho el mar para merecer tal castigo?
Qué suplicio al que ha sido enviado,
para ser devorado,
por el cielo que necesita ser alimentado.
Y el mar observa desde la lejanía
y cuenta las pecas de hermoso brillo
para dibujarlas en sí.
Qué triste historia
la que se esconde
detrás de estos sucesos...
de amor, por supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario