O qué ilusos,
Quienes se ocultan tras una máscara de papel,
En la que se dibuja claramente su expresión de dolor.
En la que se escribe su historia,
Con metáforas de amargo sabor.
Qué hábiles fueron ellos,
Qué rudos,
Los que nos hurtaron la virtud,
De hacer las cosas bien.
Los que venderían su ataúd,
Para llevar dinero al inframundo también.
Qué amargura, qué dolor,
Perder el color del amor.
Para cambiarlo por tres centavos.
El amor y la pasión, que se tienen por algo,
Teñirlos de gris barato,
Sin significado y sin mandato.
¡Qué astutos aquellos!
O qué ilusos.
Ahora son tan pobres,
Que no ven ni los robles.
Ahora son tan vacíos,
Que sólo tienen efectivo.
Llora conmigo, rosa dorada.
Ya no hay nada más qué hacer.
Llora conmigo, flor sagrada,
Ya ni siquiera sé qué saber.
Acaba conmigo y llévame al fin,
O destruye mi cuerpo y libérame de aquí.
VEEEEE no escribás tan bien, bueno?
ResponderEliminar