Y seguí mirando la puerta. Mirando la puerta en inocente esperando a que se abriera y fueras tú para despertarme de mi pesadilla. Mi pesadilla que no es más que una realidad agria que debo pasar: estar sin ti una vez más. Aunque de manera más allá de lo físico nuestras almas permanecen unidas por ahora, el estar aquí sin tu calor hace que mi fuego se congele y la luz de mi espíritu se apague. Encerrado en la oscuridad de esta habitación esperándote, un acto terriblemente estúpido pero inevitable para alguien que siente algo como lo mio por ti.
Espero, como espera el lobo a que salga la luna para tener quien escuche su alarido de lamento, a que estés conmigo una vez más y expresarte todo lo que siento.
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