Quédate a pasar la noche
y juguemos un rato más
a que no tenemos ropa puesta.
Quédate a pasar la noche
y desatemos el silencio
que gritan nuestros cuerpos.
Quédate a pasar la noche
y mirémonos sin mirarnos.
En la oscuridad,
la luz que compartimos habla.
Quédate a pasar la noche
y mis labios y tu piel
nos contarán cosas de nosotros,
que nosotros mismos no sabemos.
Quédate un minuto más
y dejemos que la noche se deleite
con la danza que impone tu cuerpo
sobre mi cuerpo.
Quédate una hora más
y quedémonos asombrados
con cómo nos vemos
en este estado natural
De locura y desmesura
de impulsos y deseos
que ni se hablan, ni se curan
sólo se muestran y se transforman
En energía que corre desmedida
debilita mis tobillos y fortalece mis manos
que se mueven por sí solas
y exploran, como si fuera la primera vez
que contemplan tal suavidad
o que brindan caricias semejantes.
Tú tan sublime y yo tan incauto.
y perdóname si me desbordo,
si me paso un tanto de la raya;
pero si me sigues tentando así,
Señora mía,
no pretendas que controle mi ser
por un momento más.